Noche de San Juan, magia, sombra y fuego

11.03.2014 19:53

Desde tiempos remotos, esta noche ha quedado en el subconsciente colectivo como la noche en la que nace la sombra, frente a la noche del 24 de diciembre en la que nace la luz. Por este motivo, la noche de San Juan se asocia al punto de cambio en el que, desde el firmamento, la vida en la tierra penetra en el reinado de la sombra.

El sol se aleja de la Tierra

Del mismo modo que el nacimiento de la luz, la Navidad, tiene lugar en pleno invierno, con noches largas, frío y penumbra, el nacimiento de la sombra tiene lugar en pleno verano, recién estrenado el calor, cuando los días brillan de luz y la vida se presenta contradictoriamente como una rosa abierta de belleza y vitalidad.

 

La noche panteísta de la sombra

Desde las más remotas raíces celtas, pasando por las creencias panteístas y las divinidades mitológicas enraizadas en alegorías de la naturaleza, la Noche de San Juan es la preferida por brujas y adoradores de la sombra.

Es la puerta al mundo de ultratumba, que trae la decadencia, la sequedad y la muerte, y es el punto de partida de un viaje hacia el interior de la oscuridad que llega a su punto culminante la noche otoñal del 31 de octubre, festividad de Todos los Santos o Noche de Halloween. A partir de este momento, el reinado de la sombra despliega todo su potencial, hasta la noche de Nochebuena en la que el ciclo reinicia su trayectoria y llega de nuevo la luz.

 

Fiesta en torno a la hoguera

El solsticio de verano es, pues, el punto de partida de la sombra, tan necesario en el universo como la luz. Los amantes de la naturaleza lo celebran de la misma forma que se celebra la Navidad, pero, al ser la sombra la puerta de la oscuridad, asociada a las tinieblas, las brumas, y la noche, ha generado en torno a sí un halo de respeto y hasta de miedo, gestando rituales, plegarias y sortilegios para alejar esa posible carga negativa que la sombra pueda arrastrar a su alrededor.

Por otra parte, la sombra también es asociada a cosas deseables para el hombre, como el conocimiento, que surge de la reflexión y la profundidad de pensamiento, o la generación de vida en el interior del útero, o el mundo interior del subsuelo con todo un universo bullente de vida o las mismas profundidades del océano.

Noche de brujas

Todo esto es aclamado y festejado por ancestrales rituales y fiestas que tienen sus raíces en la noche de los tiempos, como aquellas antiguas danzas de aquellas mal llamadas brujas, que en torno a una hoguera cantaban al despertar de la noche, un año más en el universo.

Si algo es la Noche de San Juan es el grito panteísta de una noche de purificación. En múltiples lugares de la Tierra se encienden hogueras en un intento de aplacar esa oscuridad que se acerca, y el fuego, que al igual que el agua, purifica y limpia, se convierte con su llama en portadora de luz, una luz que quiere seguir manteniéndose erguida, en un afán por conservar esa valiosa vida que es capaz de alumbrar.

 

Rituales mágicos

Son muchos los rituales con los que el hombre lucha por ahuyentar con el fuego la sombra que pueda invadir lentamente su corazón. Danzar en torno a la hoguera y cantar, como una oración, al igual que lo hacían los indios de Norteamérica, o escribir en un papel todo lo que se quiera eliminar de cada vida personal y arrojándolo a esa hoguera, dejar que el fuego lo consuma. Desde quemar muebles viejos o ropa que se asocie con lágrimas o con instintos bajos, hasta simplemente encender una vela en la casa y alejar con nuestro pensamiento, en profunda meditación, aquellas cosas que hieran y quieran eliminarse del interior.

En el norte de España, en Galicia, alejan los malos espíritus en torno a una queimada, bebida de aguardiente, limón y café, que calientan al fuego mientras entonan un cántico que espanta el mal de corazón.

Existen también rituales que emplean el agua como elemento purificador. Uno de ellos consiste en deshojar una rosa en un recipiente con agua y dejarla por la noche en el exterior; al día siguiente, los pétalos hablarán con la imagen de una inicial. Otro es echar en un recipiente con agua la clara de un huevo y dejarlo tapado por la noche en el exterior. Al día siguiente el agua mostrará un mensaje revelador.

La luna, espejo de luz que reina en la mítica noche, será la que mueva los hilos alrededor.